El objetivo de la comunicación masiva es producir y transmitir la información en cuanto a formas simbólicas (culturales). Actualmente este objetivo ha sido reemplazado, lo más importante ya no es producir bienes culturales, sino materiales.
Aunque la información y la divulgación de noticias han existido desde antes de la aparición de los textos impresos no es, como podría creerse, la invención de la imprenta el suceso que señala la expansión de las funciones del periodismo en la cultura. La vida social no es sólo una cuestión de objetos y acontecimientos que se presentan como hechos en el mundo real. También es una cuestión de acciones y expresiones significativas, de enunciados, de símbolos, textos de diversos tipos y de sujetos que se expresan por medio de éstos y buscan comprenderse a si mismos y a los demás mediante la interpretación de las expresiones que producen y reciben.
Pero toda la teoría no basta cuando sabemos que: cuanto más espectacular es la información, más dinero podemos ganar con ella. De esta manera, la información se ha separado de la cultura: ha comenzado a fluctuar en el aire.
La comunicación entonces ha tomado el sentido que cada persona quiere, la interpretación de los hechos que vemos o escuchamos en el radio depende de cada audiencia, pero al final el poder de la información lo tienen ellos: "los comunicadores"
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