8.02.2008

Ese... ese es mi papá!!!!!

Yo no me canso de repetir: Ése, ése es mi papá. Es el más alto, es el más guapo, es el más fuerte. Ése, ése es mi papá.

El que por las mañanas corre con la camisa o con los zapatos en la mano, porque ya se nos hizo tarde y no vamos a llegar a tiempo. Ése, ése es mi papá. El que cuando llega abraza a mi mamá, me da un beso un beso a mi hermanito y un vistazo a su hogar. Ése, ése es mi papá. El que corre al autobús o saca el carro del garage, el que a veces llega tarde por pasarnos a dejar. Ése, ése es mi papá.

El que sin hablarlo quisiera más tiempo tener para podérnoslo dar. Ése, ése es mi papá. El que a solas, muchas veces, el dinero cuenta, decidiendo qué hacer para que le pueda alcanzar. Ése, ése es mi papá.

Que dichosa soy de poderlo disfrutar, que dichosa soy de poderlo acompañar, pero, sobre todo, de poder siempre encontrar la figura que me da seguridad. Cuando pienso cuántos niños no lo tienen, doy gracias por poder contar con él, con su consejo o regaño, pues eso significa que tengo a mi papá. Hay una luz grande que todos piensan que lo opaca, ¡pero qué equivocados están, los astros con su luz brillan y tan importante es la Luna como lo es el Sol! Cuánto le agradezco a mi mamá el poder admirar tanto a mi papá, pues los problemas entre ellos, si los hay, sólo ellos y en el lugar adecuado, los tratan de solucionar.

Gracias a mamá por entender que tan importante es ella como lo es mi papá. Y por no querer opacar lo que tan fuerte con su actitud hace brillar. Porque pase lo que pase, ella es mi mamá, pero él no deja de ser mi papá, y eso es algo que ella me ha sabido inculcar. Ya crecí y él sigue cerca, cuando más lo necesito casi siempre junto a mí está, apoyándome en la escuela, enseñándome a pensar, y nadie, nadie puede ocupar su lugar ya que: Ése, ése es mi papá. Y como ella me enseñó la importancia que él tiene, y siempre sus aciertos me contó y guardó ella lo demás, no hirió mis sentimientos ni amargó mis pensamientos haciendo más feliz mi niñez y más seguro mi crecer.

Ya pasó mi adolescencia, ya terminé de estudiar, me voy haciendo mayor y me doy cuenta que mi padre tiene errores, es entonces cuando más lo admiro, ya que a pesar de ellos logró hacer que yo llegara a donde estoy.

El instante en que entendemos que crecimos y podemos decidir nos descubre a un viejo que vivió lo que ahora vivo y que puedo transmitir, que apoyó lo que ahora apoyo y que puedo respetar, que creció junto a nosotros como ejemplo a seguir y que hizo lo imposible por podernos definir.

Pero pase lo que pase yo te quiero seguir, pues antes, después y ahora no me canso de repetir: El más alto, el más guapo, el más fuerte, pero todavía más ¡El mejor! Ése, ése es mi papá

No hay comentarios: